Ustedes se encuentran delante de la actual facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Barcelona y se preguntarán por qué, y es que dentro de este recinto encontramos una plaza que lleva el nombre de la mujer que trataremos en primer lugar, Victoria de los Ángeles. Fue hija de uno de los bedeles de la Universidad de Barcelona, su nombre completo era Victoria de los Ángeles López García.

Ella siempre tuvo muy presente su origen humilde pero descubrió su vocación musical muy joven. Comenzó a presentarse a diversos concursos de canto y ganó muchos de ellos.
Estudió en el Conservatorio Superior de Música del Liceo, donde se graduó en sólo tres años. Con 18 años realiza su presentación operística en el Gran Teatro del Liceo para proseguir luego con sus estudios.
En 1945 hizo su debut profesional con el papel de Condesa en “Las bodas de Fígaro”, después ganó el primer premio en el concurso internacional de Ginebra de 1947 y un año después interpretó en Londres “La vida breve”, de Manuel de Falla, acompañada por la orquesta de la BBC.
Actuó por primera vez en Estados Unidos en octubre de 1950 con un recital en el Carnegie Hall, al año siguiente hizo lo mismo en el Metropolitan Opera de Nueva York. Sólo siete años después de su debut había cantado en los teatros más importantes del mundo.
Fue la primera cantante española en actuar en el Festival de Bayreuth a las órdenes del nieto de Richard Wagner, que quedó tan impresionado con su actuación que volvió a invitarla al año siguiente.

Su despedida de la ópera fue en el Teatro de la Zarzuela, Madrid, en 1980 y dio su último recital en 1996 a los 72 años de edad.
Los críticos coinciden en afirmar que la voz de Victoria es una de las más exquisitas y delicadas que haya dado el siglo XX.
Fue un modelo de antidiva y aun así suscitaba aprecio allá donde iba. Una vez le pidieron que sustituyera a la gran Renata Tibaldi en La Traviata, Victoria aceptó y el director se lo agradeció nada menos que trayendo a los niños cantores de Viena para que le dedicaran unos villancicos.
Fue aclamada en el escenario y maltratada por la vida, estuvo casada con Enrique Magriñá con el que tuvo dos hijos, el mayor falleció unos años antes que ella y el pequeño padece síndrome de Down. Alejada del mundanal ruido por decisión propia, no se volvió a tener noticia de ella hasta el 15 de enero de 2005, cuando muere a los 81 años de edad una de las más grandes voces del siglo XX.